jueves, 26 de agosto de 2010

yaki ni flapi

Hace dos noches mi perro se puso malo, yo estaba acostada y me rascó con su pata mi cara avisándome que estaba indispuesto. Me levanté y lo observé, corría por el pasillo y se acostaba debajo de la mesa, a los tres minutos corría hasta su cojín y a continuación se levantaba y se iba al salón, y así toda la noche. Estaba claro, le dolía algo.

Yo paso muchas noches en vela por diversos motivos, y la verdad es que no hay peor cosa que padecer insomnio y ponerse malo de noche, porque todo se ve de forma más negativa. Cuando esto ocurre mi compañero fiel se despierta rápidamente y se viene conmigo al salón a darme compañía, a veces le vence el sueño y se va a su cojín, pero cada quince minutos como máximo, asoma su cabeza por la puerta del salón para ver si ya me encuentro mejor, es el único que se entera que estoy despierta o enferma y os parecerá una tontería pero me tranquiliza cuando se acuesta a mi lado cerca del sofá mirándome fijamente parece decirme: –“ Tranquila que yo estoy aquí, verás cómo se te pasa”.

Pues anteanoche, la pasamos en vela, después de observarlo durante una media hora, sospeché que le dolía la tripa y mi sospecha se confirmó al verlo vomitar y quedarse más aliviado. Pobre perro, cómo te mira, si pudiera hablar me diría: - “Me duele mucho, dame algo para que se me pase”. Él confía plenamente en mí, cada vez que enferma, le doy masajes, medicinas, le curo  heridas y sabe que todo lo que le hago ,aunque no le guste, es por su bien (no piensa lo mismo de los veterinarios, que sino fuera por el bozal, se ensañaría con ellos).

¡Qué noche tan larga!! Cuándo ya estaba amaneciendo se quedó más tranquilo, y mirándome fijamente parecía decirme: -“lo siento Manueli, esta noche por mí, otra noche por ti”….. Por la mañana me fui a trabajar cansada y Yakino se quedó roncando, ya estaba mejor y eso compensó mi cansancio y  lo haré las veces que hagan falta  con todo mi amor  porque para mí es un fiel compañero de viaje.

martes, 24 de agosto de 2010

mariposas en el estómago

Me encantan las mariposas....de pequeña tenía gusanos de seda, cuando fabricaban el capullo de seda y se encerraban en él, esperaba ansiosa el nacimiento de la mariposa, era increible.
Uno de mis hermanos las coleccionaba; las pinchaba con un alfiler en una antigua puerta de madera, las tenía muy grandes, pequeñas, con colores vivos, lunares, negras, me encantaba verlas, eran tan bonitas, parecían de pápel..
Cuándo jugábamos en el campo y veíamos alguna mariposa blanca, te decían que si cruzabas los dedos recibías carta de alguien querido, (casualmente siempre recibías noticias de alguien, pero claro, antes se escribían muchas cartas,)
De adolescente, pasé de observarlas a sentirlas,  la primera vez que sentí mariposas en el estómago fué algo maravilloso, qué sensación tan excitante siempre que estaba cerca de la persona que me gustaba....pocas veces más he sentido esa extraña sensación, exactamente dos veces más.....se acabó, nunca más. Ni siquiera un vez de recordatorio. Qué pena!!! Significará algo? Una persona muy cercana a mi, sigue sintiéndolas después de muchos años....Yo no....y las echo de menos.